PONGA UN PAYASO EN SU VIDA

Me acuerdo de «San Manuel Bueno Mártir» del gran Unamuno: un cura que ha perdido la fe pero que se mantiene firme cumpliendo con su trabajo, o aquel payaso que salía a actuar y a hacer reír a los niños a pesar de estar llorando por dentro por una desgracia familiar.

Pero no es esto lo que se me pasa por la cabeza.

Hace poco, en un post anterior, me refería a la ilusión como medicina, siempre por encima de cualquier medicación. Pues poco más o menos pero con la risa.

La vida es jodida, una puta montaña rusa que nos transporta a lo largo de los días por momentos buenos y malos, y aunque no nos guste, es lo que hay.

En mi caso, me miro al espejo y veo a un tío normalito que acaba hasta los huevos después del trabajo – como la mayoría, supongo – y que, llegado el fin de semana, necesita desconectar, despejar la cabeza y sacar su vena más informal. Es entonces cuando sale el gran payaso que hay en mí, el mismo sobre el que a veces pienso: «colega, o te pasas o no llegas, y tú, sí tú, muchacho de la nariz roja, casi siempre te pasas», y me siento un gilipollas y desearía ser «no tan payaso».

Pero esas ocasiones son las menos. Las más, ese payaso y sus gracias estúpidas me salvan la vida. Si no, me acabaría volviendo loco. Ese payaso que hay en mí me alegra el día, y ya de paso, espero que también se lo alegre a los que me rodean.

Y sí, aunque a veces reniego de él, debo admitir que es mi mejor medicina.

Comment (1)
belen
14 octubre, 2010

Solo tengo que añadir a este post, que deberiamos dedicar un ratito de cada día a hacer el payaso, a aprender a reirnos más y mejor, que como bien dices es una de las mejores medicinas. Asi todo fluye y no pesa, no es tan dificil. Solo hay que querer, desear y como una explosión surge!!!!!!!!!!!!!!!!!

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