DESPOTRICANDO: 50 MACHITOS DE GREY

Señoras obnubilidas por «50 sombras de Grey»… un par de pelis porno les habrían servido igual.
Porque esto de los bestsellers trae cola. Nunca mejor dicho, porque es lo que le falta a muchas mojigatas: un buen macho.
Y es que el mundo está falto de machos. No, de ésos no. Machos de verdad. De los que se comportan como hombres y no como subnormales. De los que sepan tener la cabeza fría en todo momento y no se dejen llevar por los demonios de la violencia y la ignorancia a las primeras de cambio. Porque demonios hay muchos, y sólo unos pocos son buenos para el alma. Los demás… habría que enterrarlos vivos y no marcar la tumba. Y con ellos a los desgraciados que se comportan como subnormales.
De estos últimos está Cáceres petado, para nuestra desgracia. Como ejemplo, lo que me pasó ayer: iba paseando con mi perro y me crucé con dos tíos de unos 25 años con una pinta de chulos brutal. El caso es que mi perro siente algo y le ladra a uno, al que parecía más chuleta. Yo, que siempre lo llevo atado, lo sujeto y no pasa nada. O mejor dicho, no habría pasado nada si el imbécil no llega a decir poniendo cara de baboso: «Si me ataca le pego dos hostias al perro». Señor mío, eso sobra. El perro está bien sujeto y controlado. Usted no le va a pegar dos hostias a nadie, y menos a mi perro. Así pues, ese acceso de violencia verbal es injustificable, intolerable y dice mucho de usted. Le califica perfectamente: PA-YA-SO. Tras esto, el payaso engominado y su amigo siguen su camino. Yo también. Todos nos vamos refunfuñando. Yo no sé cómo se estará yendo este sujeto. Realmente me la suda, pero sí sé cómo me voy yo: con un mal sabor de boca. No me gusta tener que ponerme a la defensiva por nada. Miro a mi perro y le digo: «Tú no te preocupes. Esto es cosa de humanos. Tú no tienes la culpa de tener un radar para desgraciados».
Estoy usando mucho la palabra «desgraciados». pero es que me sale, me sale. Y todo esto realmente por nada. Que sirva como ejemplo. Así nos va. Si es que deberíamos extinguirnos. Porque tanta testosterona innecesaria… ¡Cuánto machito de boquilla o de gimnasio! O más grave: de bronca de bar con puños y todo eso.
Para mí que alguien ha malinterpretado el verdadero significado de MACHO ALFA. En vez de avanzar volvemos a la edad de piedra, a los garrotes y los «unga unga». Si esto sigue así, me ofrezco voluntario para cambiar de planeta. ¿Dónde está la ANSA? (Tony Leblanc, descanse en paz). Y que haya mujeres que se sientan atraídas por estos machitos de medio pelo…¡Qué poco dice eso también de ellas! Será cosa de la genética… Tanto nosotros, como ellas, seguimos siendo ANIMALES. Cuando se trata de follar, la inteligencia sobra. Porque como no es sexy y no se ve… Se me vuelve a venir a la cabeza Gandía Shore, ajajja.
Volviendo a ese «libraco» (despectivo) llamado «50 Sombras de Grey», me apena que a tanta hembra se le dispare las hormonas. Esto sólo me dice que su vida real es pobre pobre pobre. Pero que muy pobre. Eso y que su MACHO ALFA tiene poquito de ALFA. Ah, y que tienen muy poquita imaginación e iniciativa. Ellas y ellos. Así pues, qué triste que un libro literariamente deficiente sea un innovación y una inspiración tan grande. Lo dicho: un par de pelis porno y servidos.
El día que nos dejemos llevar por los demonios de la inteligencia, la comprensión, el respeto, y alguno más… ¡qué alegría! Ese día juro que monto una fiesta. Mientras, me consuela que todavía haya quien cultiva la mente y que haya mujeres que lo valoran. Sin necesidad de machismo, dominación, prepotencia. Pero como eso no va a pasar…
Con respecto a los bestsellers de este tipo: Desconfiad. Casi todo es publicidad. Debajo de eso, NADA QUE MEREZCA LA PENA, casi nunca. Y en eso tienen mucho que ver los medios de comunicación, las grandes editoriales y el mercado. Les gusta demasiado hacer trampa. Te venden una Belén Esteban vestida de Grace Kelly.
Dicho queda.

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