TODO UN AÑO PARA ESCRIBIR

Tienes todo el año para escribir.
Eso es lo que me dije el año pasado… y el anterior.
Sin embargo, las intenciones a veces no son suficiente y la vida te lleva por otros derroteros. Digamos que he tenido que defender el fuerte por otros ángulos. He ganado y he perdido. He sido débil y he sido cruel. Pero es mi vida, y no me pienso rendir. Por eso he estado desconectado de este apasionante rincón de mi alma. Sigo teniendo que defenderme, pero mis personajes me llaman.
Eso sí, el haber estado apartado no significa haber perdido el tiempo.
Quizás no haya podido escribir, pero sí he podido pensar, recopilar ideas, imaginar.
Ahora vuelvo a la carga.
Para esas personas que sorprendentemente disfrutan con ese puñado de palabras que me avergüenza llamar «poesía», no tengo buenas noticias. No me sale… al menos por ahora, y no pienso forzarlo. Lo siento. Toca tener paciencia.
En la faceta de prosa, la imagen es bien distinta: dos novelas. Sí, dos. Del tirón. A la vez. Como en los viejos tiempos (como si yo fuese viejo).
¿Tengo las historias? Sí.
¿Tengo los ganas? Sí.
¡Coño, si hasta tengo los títulos!
Y me gusta lo que veo. Me gusta lo que imagino.
Solo una pista:
Con una construyo.
Con la otra, destruyo.
A ver qué sale. Merecerá la pena. Lo prometo. Me lo prometo. Y no me pienso fallar.

Por otro lado, es hora de una puñetera vez de hacer que LO EXTRAÑO DE LOS EXTRAÑOS ocupe el lugar que le corresponde, el que sinceramente creo que se merece. Esfuerzos serios dedicaré a ello.

Y más proyectos, algunos aparcados, algunos nuevos, propios y de otros, colaboraciones incluidas.

¿Os dije que mi número favorito es el 5?
Año 2015: toca sonreír.

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