LA INFLUENCIA DE LA MÚSICA EN LO QUE ESCRIBO

“¿Escuchaba música pop porque estaba deprimido, o estaba deprimido por escuchar música pop?” Así empezaba la película ALTA FIDELIDAD con un John Cusack pletórico.

No voy a hablar de música y depresión, sino de la influencia de la música en lo que escribes y cómo lo escribes. Siempre desde mi experiencia personal, por supuesto.

¿Es lo mismo escribir en silencio o hacerlo con música? ¿Y es lo mismo escribir con Lana del Rey (por ejemplo) que con Slipknot de fondo?

En mi caso, indudablemente la respuesta es NO.

El tono, el ritmo, las palabras, la mala leche que siempre intento imprimir a los textos (sí, por encima de la melancolía, la tristeza inherente, el humor de sonrisa torcida, bla bla bla), todo depende de lo que escribo. Sí, ya sé que eso de escribir sobre temas felices no es lo mío, nunca lo ha sido. Me alimento de emociones, mayormente negativas. Generalmente, mías. Ya he hablado otras veces de esto, eso de utilizar la escritura como método de sanación.

La cuestión es: ¿en qué se transforman esas emociones chungas? ¿Cómo lo hacen?

Pues depende de lo que esté escuchando, así de simple. Actualmente estoy con dos textos distintos y para cada uno me preparo también de forma distinta. De Lana del rey a Slipknot. Sin punto medio, porque estas nuevas novelas, la historia, los personajes, así lo exigen.

¿Siempre? No, no siempre. Una confesión: la música que más he usado ha sido, de forma casi sistemática, la banda sonora de Blade Runner.

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