PROCREAR, UNA REFLEXIÓN RÁPIDA

Hasta ahora pensabas:
¿Para qué voy a traer hijos a este mundo? ¿Para que lo pasen mal? Que esto está muy mal, que hay mucho hijoputa y esto se va a ir al garete.
Tiene su lógica, desde luego.
Pero, ¿y si fuese al revés?
¿Y si invirtiésemos la forma de ver el vaso?

Este mundo está tan mal que necesitamos traer más niños. Seguro que entre todos los nacimientos, habrá alguno que acabe mereciendo la pena, alguno que, al crecer, consiga hacer este mundo un poquito mejor.

Es cuestión de esperanza.

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