Nuevo intento de abrir los ojos más de lo necesario.

Suelo mantenerme alejado del circuito de gente «que hace algo» en Cáceres.

Aquí hago un inciso: no quiero que se malinterprete lo que viene ahora y que enseguida salte algún listillo con el típico: «pues tú sí que no haces nada» (Es verdad, casi nunca hago nada). Por supuesto que hay gente que «hace cosas» en Cáceres, con entusiasmo y ganas. Otra cosa es que lo que hagan me guste. O tal vez sea que cada vez huyo más de las personas y de los que creen saber mucho de muchas cosas. O quizás es que como hoy en día se llama «arte» a cualquier cosa yo ya no me creo nada. Y no digo que yo sea un «artista», al menos en el estricto sentido de la palabra. Yo sólo hago «lo que yo hago», y si «lo que yo hago» gusta a alguien, pues estupendo. Si no… pues si no, nada. Con todo esto quiero decir que no estoy criticando a todas esas personas «que hacen algo», o «que hacen lo suyo». Todo lo contrario, olé sus huevos por luchar por lo que les gusta, pero me reservo el derecho a que me guste o no a mí. Por ejemplo: a mucha gente se le cae la baba por las películas de Almodovar y yo no las trago, no soy capaz de ver eso tan especial que la mayoría de gente dice que tiene. Menos mal que la mayoría y yo no nos solemos llevar bien. Fin del inciso.

Cuando digo que suelo mantenerme alejado no es porque tengan la lepra o algo así, sino porque sencillamente no me encuentro a gusto. Supongo que soy más individualista, o un poco más solitario, o pasota, o introvertido en este tipo de temas, o lo que sea. Otra vez lo que sea. O es que las veces que he acudido a eventos «culturales» en mi ciudad me he encontrado a cinco «payasos» (no los de circo, que tiene una profesión más que honrosa, sino ese otro tipo de payaso que tanto abunda en esta puta ciudad) hablando con palabras raras de las que hasta los editores de diccionarios esconden en los parajes más remotos porque suenan demasiado pedantes, quizás algún político haciéndose la fotito (uy, qué raro), y hasta alguna petarda que me da la tabarra empeñada en que «tienes que conocerme sí o sí», que es muy conocida en Cáceres (y dice todo esto tras haberse colocado el escotazo antes de ponerse a hablar con los asistentes). Pues no, no la conocía previamente, ni por «lo que ella hace» ni por sus tetas. Y claro, visto el panorama y esta fauna, acabo saliendo por patas. Por eso hace mucho que no frecuento estos actos. Uno y no más. En mi caso… un par de ellos fueron bastante para darme dolor de cabeza durante muchos años.

¿Hay eventos culturales en Cáceres? Pues sí, los hay. Muchos menos de lo que debería haber, pero los hay. ¿Me interesan? Casi nada, que siempre están los mismos aplaudiéndose los unos a los otros y haciendo lo que yo denominaría un «ejercicio de automasturbación complaciente». ¿Son interesantes estos automasturbadores complacientes? A mí me aburren. Es lo que hay.

Sin embargo el otro día me topé con una persona y me enseñó una cosilla «que estaba haciendo». Me llamó la atención. Luego me dijo dónde y cuándo era la presentación.

Voy a hacer una excepción a mi manera de actuar en estos casos. Normalmente paso de la sugerencia de turno. Esta vez iré a esa presentación, a ver qué tal. Voy a poner un poco de fe en el ser humano, en «los que hacen lo suyo» en esta ciudad, pero sólo un poquito, nada más.

No diré dónde, cuándo y de qué es la presentación, no sea que llegado el día no me guste lo que me encuentre y tenga que salir por patas.

Si me convence, escribiré algo sobre ello. Si no, seguramente la experiencia me garantizará un bonito dolor de cabeza por unos cuantos años más.

Comment (1)
ro
14 abril, 2011

Muy sincero y muy directo,como siempre.Estoy de acuerdo contigo hay mucho «pedante autocomplaciente» suelto. Me ha encantado!

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