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RESUMEN:
Lluvia es un joven que vive continuamente desequilibrado entre la realidad y su imaginación, a la caza del asesino de su mejor amigo antes de que le cacen a él primero.
Niebla es un cuarentón que intenta recordar de dónde vino y escapar de la burbuja prefabricada en la que se ha convertido su vida.
Tempestad es un anciano que se conforma con morir junto al amor de su vida, sin importar mucho si durante todo este tiempo se equivocó de amor y si tiene que forzar el destino para lograrlo.
Todos ellos tendrán que emprender una desesperada lucha por recuperar su pasado y su futuro en un mundo opresivo y controlador en el que hace tiempo dejaron de existir los límites racionales de la vida. Todos los límites.
Pero... ¿Qué tienen en común estos tres personajes cuyos caminos se cruzarán inevitablemente sin tener en cuenta las barreras del tiempo? Que son la misma persona, pero ellos aún no lo saben.
ACERCA DE LA NOVELA:
Se trata, ante todo, de una novela que mira desde dentro hacia afuera, presentando a los personajes sin tapujos, empezando por sus emociones, pensamientos, manías y fobias, abriéndoles el pecho para mostrarnos lo que hay dentro de cada uno de ellos antes de mostrarnos lo que hay fuera. Es por ello que nos encontraremos con un continuo choque de realidades, mundos diferentes dependiendo de los ojos de quien vive cada realidad, ya sea el mundo que conocemos en su faceta más fría o la fantasía más onírica que pueda soñarse bajo los efectos de drogas o alcohol.
Porque todos buscan algo, muchas veces sin saber exactamente el qué o sin tener muy claro cómo encontrarlo, pero sabiendo que para lograr su objetivo deben dejar de lado las normas habituales de conducta y la lógica aplastante de esta vida, porque eso no les ayudará, debiendo empezar un camino en el que la única llave que tienen para abrir las puertas que se encuentren será su propio instinto, hasta que lleguen al final, donde, quizás, puedan encontrar la paz.
