COSAS QUE CAMBIAN

Recuerdo de pequeño cuando recorría de arriba abajo el Paseo de Cánovas, en Cáceres. Que si yendo y viniendo del colegio, que si jugando o paseando con los amigos… y allí en medio del parque, cerca de la Fuente luminosa, estaba el kiosco de la famosa Pepita, una mujer mayor que nos dio para decenas de anécdotas.

No sé qué pasaría, salvo que Pepita murió y supongo que algún heredero se encargó del kiosco, hasta ahora.

Mi amigo David allí donde estaba el kiosco

Las ciudades se hacen y se deshacen, derriban y edifican de nuevo, rehacen sus extremidades continuamente, y éste es un caso más.

Allí donde estaba el kiosco Pepita queda un vacío, un espacio que llena el aire, y nada más. Y es que las cosas, como nosotros mismos, cambian.

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